Hoy me ha llegado el título que me acredita oficialmente como monitor de windsurf. Al tenerlo en mis manos no he podido evitar pensar en las varias ironías que tiene detrás, y ponerme un poco nostálgico.
La primera ironía, es que el título me llega ahora, cuando llevo ya dos años viviendo en Madrid y sin subirme a una tabla. Tras haber estado, además, 6 años dando clases, y bien dadas. Aunque he estudiado arquitectura, mi primera carrera profesional, la que de verano en verano me ha pagado muchos gastos y caprichos durante los estudios, ha sido la de monitor de windsurf. Que me den un título ahora que (de momento) la he dejado me resulta divertido y un poco triste a la vez.
La segunda ironía es que yo, que me he pasado la vida junto al mar o sobre él, he obtenido el título por la Federación de Vela de Castilla la Mancha. Porque sí, esa Federación existe y además, pese a sus escasos recursos, han hecho maravillas y se han portado genial con los que nos hemos apuntado para sacar el título en estos últimos dos años. Desde el primer examen teórico en Guadalajara al que llegué 45 minutos tarde y agotado del sprint en bicicleta, hasta la última semana intensiva el verano pasado en el embalse de Cazalegas.
Suelo decir, medio en broma, que este es un título póstumo, pero tengo la secreta esperanza de poder algún día salir de la oficina y volver a las playas a hacer algo que me encanta y que además se me da bien: enseñar a otros los pequeños sufrimientos, los secretos ocultos y las grandes satisfacciones de este deporte.
Pero no importa, el caso es que por fin soy de forma oficial lo que soy y he sido de vocación.
8 comentarios
jaja! qué bueno Jorge.. ayer justico me quejaba a José Abellán de que ya no escribías en el blog.. ala, pues eso por hablar! Estas casualidades me chiflan.. ;)
Una curiosidad más para contar, jejejejeje.
Sí, y las que me quedan xD
Laura, tengo el blog abandonadísimo. Es uno de los propósitos menos cumplidos de la historia de… de la Historia.
jo, ahora que me estoy animando yo.. ;)
Bueno, pues entonces, ¡enhorabuena! Por haberlo sido siempre, y por el título. Recuerdo el comienzo de WS de pequeño como un calvario, así que seguro que haces una buena tarea. Un abrazo, AM.
¡Gracias, Andrés! Sí, los comienzos del windsurf antes eran duros y muy lentos, ahora en 5 horas de clase con material de aprendizaje puedes estar yendo y volviendo.
hola Jorge. No me conoces pero he dado con tus artículos a través de una publicación en el fb sobre LA PARADOJA ECONÓMICA DEL ARQUITECTO ACTIVISTA. Te felicito por tus artículos y te agradezco los compartas. Y vaya por donde y sin saberlo compartimos muchas experiencias e ideas. Soy arquitecta social, paisajista y urbanista. Y además monitora de esquí en invierno, que por cierto, la precariedad de esta profesión no evitó que mi diploma llegara immediatamente ;-)
Y de repente me encuentro con que mi pasión por la arquitectura requiere de casi todo mi tiempo, aunque vivo de los ingresos de un hobby que es la montaña, que también me apasiona pero al que no le dedico más de un 10% de mi tiempo. Paradójico verdad?
un saludo!!
Andrea
¡Hola, Andrea! Gracias por el comentario. Pues sí que es curioso encontrarse con un perfil tan parecido… y complementario: tú montaña, yo mar, jeje.
Para mí la verdad es que esa convivencia entre el deporte y la arquitectura ha funcionado a la perfección durante la carrera, ya que el parón docente del verano encajaba con la temporada alta de windsurf. Y poder dejar el ordenador un tiempo para tomar el sol y el aire era una bendición.
Ahora, con el trabajo, lo tengo mucho más difícil. Al estudio donde trabajo no creo que les hiciera gracia que les dijera «ale, os dejo todo el verano tirados, me voy a la playa». Aunque, por intentarlo… xD