La fábrica de sueños cerró por vacaciones. La mayor productora de ilusiones del país se fue a la quiebra. En algún lugar del mundo, una mina de pensamientos llegó al final de su filón. Un piloto supo de pronto que no iba a llegar a la meta por falta de combustible. Un árbol que nadie regó se quedó sin madurar sus frutos. Un sinfín de puertas quedaron a medio abrir por óxido en las bisagras, y para colmo…
Alberto González Mateo, de 63 años de edad –decía la ficha médica- trató de apartar los pensamientos que, como avispas, se arremolinaban a su alrededor, y miró una vez más las letras que temblaban ante sus ojos.
“¿Yo… Alzheimer?”
13 comentarios
Jo tío, me has dejado fría.
Luego hablas de mis finales sorprendentes.
Me ha gustado mucho como has encaminado la historia hacia esas dos palabras que en sí mismas, son la historia completa.
Mi enhorabuena pequeño cuentacuentos, eres mi primera fábrica cerrada de hoy.
Un bico
Hola! que puedo decir, un cuentito chiquito, conciso, preciso…que me gusto mucho!
Saludos!
Mucha fuerza en pocas palabras, esta visto que lo bueno viene en frasco chico.
Un gran final, terrible e impactante. Espero leer muchos cuentos tuyos.
Un saludo,
Pedro.
¡Impresionante!, corto pero contundente. Salu2.
Es brutal!! sencillamente brutal!
No te haces una idea de lo que os admiro a los que, en tan pocas líneas, sois capaces de decir tanto y transmitir aún más!
Bienvenido a cuentacuentos!! será todo un placer leerte, estoy segura… Aunque… viniendo de la mano de quien vienes, lo extraño hubiera sido otra cosa!
Mil besotes y mil aplausos!!
muchos recuerdos en tan pocas palabras. Trabajé con personas que tienen Alzheimer, muy duro. un saludo y enhorabuena por tanto en «tan poco»
sip, sip, me ha gustado mucho. corto, pero conciso y original!!!
¡un besote de fresas!
¡Anda, cuánta genteee!
Me alegro de que os haya gustado, es un placer leeros a todos por aquí y por allá.
lo bueno si breve… y como a buen entendedor… muy duro. muy lindo… un saludo
Me dejas sin palabras…
(Una recomendación. El sueño del monóxido de José Daniel García. Es poesía. Pequeños cuentos en cada poema. Seguro que te gusta.)
Me has dejado todo loco!! No esperaba para nada ese final!! Y me ha gustado sí señor, una pequeña gran obra para iniciarse en esto del Cuentacuentos!
Bienvenido y un abrazo!
Breve pero intenso como se suele decir…
Como es la primera vez que paso por aquí y también la primera vez que te leo…te doy la bienvenida…
El blanco aseptico de tu espacio le va que ni pintado al brutal final de tu relato…De hecho, tu blog ha dejado de ser por un momento una cajita para convertirse en un frio y blanco hospital.
Un abrazo!
Me alegro que tu primera incursión en Cuentacuentos no quedase en anécdota y sea una realidad tu presencia en esta iniciativa. Sobre todo con obras como esta,en donde no puede ser mas breve pero tampoco mas extensa en una de las bellas formas de expresión que he visto sobre la terrible enfermedad.
Pocas palabras e inmenso contenido. Una maravilla aunque sea sobre tan triste, desgraciadamente, realidad.
Un abrazo