Propuestas para una arquitectura 2.0

A raíz de tanta cr!s!s, tanto Lío de Bolonia y tanto vaticinio de muerte a la profesión del arquitecto (que me recuerda a la típica duda de ¿desaparecerán los libros algún día?), me he decidido por fin a publicar un artículo que tenía en caché desde hace tiempo. Así añado mi leña al debate que se está montando en diferentes ambientes, desde el polémico congreso de arquitectos en Valencia, hasta la gran dispersión de artículos al respecto por la red. Ante preguntas como “¿Desaparecerá la arquitectura?”, yo ahora mismo sólo me atrevería a responder que cambiará. Lo hará de una forma u otra, como todo en esta vida, y creo que no está de más plantearse cómo querríamos los arquitectos o cómo querría la sociedad que cambiase… Y aquí es donde entra para mí la arquitectura 2.0 como respuesta a un movimiento sociocultural importante.

Me gustaría comenzar este artículo desmintiendo el título, o al menos dándole una vuelta de tuerca. ¿Arquitectura 2.0? ¿Por qué llamarla así, y no de otra forma? ¿Es el nombre más adecuado o descriptivo posible? Lanzo estas dudas porque creo que aún son pertinentes. El concepto que aquí se trata de describir ha sido relativamente poco utilizado a día de hoy, así que es un momento inmejorable para darle un nombre y dejar que se extienda… o sugerir varias posibilidades y dejar que actúe la ley de la selección cultural. En cualquier caso, buscar un término adecuado nos servirá ahora para definir el concepto desde diferentes enfoques.

¿De qué se trata? En los últimos años ha nacido, y sigue creciendo, una nueva rama de desarrollo de la arquitectura, una tendencia que comienza a aglutinar lo que hasta ahora eran ejemplos aislados o actitudes difusas, y que propone una arquitectura repensada y reemprendida con un optimismo propositivo desde la filosofía del 2.0, el pensamiento de diseño, el open source y el espíritu wiki.

Podríamos llamarla arquitectura 2.0, como parece que comienza a comentarse por la red, y que viene a ser la traslación del popular término “web 2.0” a nuestro ámbito. Es sabido que en los últimos años ha habido en Internet un cambio fundamental. Dejó de ser un mero expositor de contenido (web 1.0) para convertirse en lugar de relación e intercambio de conocimiento e información. El usuario pasó de simple espectador a actor central, a una nueva clase de consumidor de servicios y a la vez productor de contenidos. Hay mucho escrito sobre ello así que no me extenderé, simplemente se trataría de recoger todos esos cambios y trasladarlos al ámbito de la arquitectura.

Me gustaría aclarar, para evitar confusiones como la de este artículo de Opiniones de Arquitectura, que “arquitectura 2.0” no es lo mismo que “un arquitecto con un blog”. Ni con una wiki. Eso es comunicación 2.0. Es una herramienta más que los arquitectos utilizamos o utilizaremos, como muchos otros profesionales, pero no es arquitectura en sí misma. Eso sí, habrá ayudado a construir una nueva forma de aproximarse a la disciplina, que ya es decir.

Por otro lado, comentar que usar el sufijo “2.0” no implica necesariamente que hablemos de la arquitectura del futuro o de la siguiente generación. Esa, evidentemente, puede ser y será una amalgama de muchos acercamientos y actitudes diferentes, entre las cuales muchos queremos creer que estará esta tendencia, que por otra parte ya lleva tiempo incubándose, como puede verse en este artículo de Juan Freire. Estamos hablando de una posibilidad más a considerar y desarrollar… y una muy deseable, creemos.

Podríamos hablar también de arquitectura social, porque ese es su trasfondo, su motor y su objetivo, pero es un término que ha sido demasiado utilizado, y de forma muchas veces desafortunada. Está demasiado devaluado y generalizado como para insuflarle conceptos tan frescos y específicos.

¿Coarquitectura? ¿Arquitectura bottom-up? Serían formas de recoger la idea de colaboración y participación, de algo que se construye entre, por y para todos. Pero sólo abarcarían parte de los conceptos que se manejan aquí, y que juntos forman “lo 2.0”. ¿Arquitectura abierta? ¿Libre? Puede… aunque también me parecen demasiado parciales, además de imprecisos.

En un comentario en su blog, Amalio Rey me sugería llamarla wikiarquitectura o arquitectura wiki, del mismo modo que en eMOTools hablan ahora de wikiinnovación donde antes decían innovación 2.0. Para aquellos no familiarizados con estos términos, comentar que una wiki, originariamente, es una web cuyo contenido es editable por los usuarios, que lo aumentan, depuran y mejoran de acuerdo con el concepto de Work In Progress empleado por Ward Cunningham, padre de la primera wiki.. El ejemplo más claro y conocido es por supuesto Wikipedia, la enciclopedia colaborativa. Sin embargo, hoy día el término wiki se puede usar por extensión para designar diversos sistemas construidos sobre una serie de atributos y principios que tomo prestados de este gran artículo que recomiendo leer y disfrutar de cabo a rabo.

Caracterización de lo 2.0

Caracterización de “lo 2.0”, versión redibujada de la estrella de la innovación 2.0 de eMOTools.

Wikiarquitectura y arquitectura 2.0 podrían tratarse ahora mismo prácticamente como sinónimos de un mismo concepto. La elección de uno u otro término, que contaría con argumentos comparables a los desarrollados en este otro artículo, la dejaremos para el futuro inmediato. En este caso utilizaré el término “arquitectura 2.0” porque es el que más se está utilizando con ese significado, y creo que su carácter abierto y a la vez específico nos valdrá para comenzar.

Bien, pero ¿cómo es, será o sería la arquitectura 2.0?

A continuación, os propongo una serie de puntos que desde un enfoque posibilista tratan de recrear cómo sería la arquitectura 2.0, con el ánimo de provocar nuevas reflexiones a partir de aquí. Lo que sigue no son soluciones: son hipótesis y desafíos. Muchos puntos pueden parecer imposibles mientras que otros son ya una realidad probada. La mayoría están, por así decirlo, en el aire, tratando de aterrizar. Hay muchísimos aspectos de la arquitectura que podrían ser repensados para su conversión al “2.0”, y esto es precisamente una invitación a empezar a hacerlo… y no parar.

La relación de puntos que sigue no es ni exhaustiva, ni concluyente, ni mucho menos excluyente. Tampoco es demasiado sistemática: se podría haber utilizado el esquema circular anterior como guía, y quizás lo haga en otro momento, pero el método de la tormenta de ideas me resulta muy natural y funciona bastante bien para estas cosas. También notaréis que ciertos puntos se solapan… algo así como si en una fotografía de un espacio, tomada desde diferentes puntos, saliesen los mismos objetos. Algunos puntos afectan más al papel del arquitecto, otros al del promotor, otros a las construcciones en sí…

Sin más, comencemos a imaginar que en la arquitectura 2.0…

a. Equipo profesional vs. arquitecto, aparejador, ingeniero, sociólogo, etc.

… se hablaría de profesionales como simple diferenciación de los amateurs o los usuarios, entendiendo por lo demás que el diseño y la gestión de la arquitectura 2.0 se haría por parte de equipos multidisciplinares que aportasen su conocimiento y responsabilidad en aspectos técnicos, culturales, sociales, etc. El valor de cada titulación, especialidad o perfil particular por separado quedaría como recurso de clasificación y posicionamiento de cara a la red profesional y no tanto a los usuarios. Esta forma de trabajo en red permitiría, por ejemplo, tener a mucha gente trabajando en un encargo pequeño para resolverlo en un tiempo muy reducido, con una cantidad de trabajo similar a la requerida por un equipo más reducido prolongado en el tiempo, pero con más potencial de innovación colectiva y una clara ventaja para el usuario.

b. Participación del usuario/promotor

… el usuario pasaría a ser parte activa e insustituible del proceso de puesta en marcha y diseño. Esto, bastante válido desde siempre para encargos particulares tradicionales, no ha sido correctamente extrapolado a la vivienda colectiva o los edificios públicos, con las consecuencias ya conocidas: falta de identificación del usuario con el edificio, problemas de adaptación, usabilidad o ergonomía espacial, elitismo tecnocrático del arquitecto, ruptura entre los objetivos e idearios de los profesionales y los de la sociedad, etc.Del mismo modo en que para llevar a cabo un proyecto de viviendas se contaría con sus habitantes, los proyectos de edificios públicos estarían también abiertos a participación de diferentes agrupaciones sociales, asociaciones e individuos interesados y voluntariamente implicados.

c. Resolución bajo demanda vs. planificación total previa

… no se completaría un proyecto, entendido como documento técnico, antes de comenzar la construcción, con los problemas de desajustes posteriores y la falta de flexibilidad que eso conlleva. En su lugar, el profesional iría elaborando los documentos necesarios sobre la marcha, bajo demanda de los usuarios. Probablemente, con las técnicas actuales y en desarrollo (p.ej. sistemas CAD/CAM/CAE, en la línea de trabajo del IAAC), no llegarían a ser necesarios documentos intermedios hoy considerados imprescindibles, como los planos. Ciertas modificaciones se podrían hacer prácticamente sin pasos intermedios entre el diseño y la construcción, y en muchos casos los planos se harían directamente a posteriori como “fijación” y exportación de esa solución elaborada en un proceso abierto y directo.

d. Servicio de diseño/gestión vs. producto acabado

… el arquitecto sería una especie de controlador “sobre la marcha” o “al vuelo” del ciclo de vida de la edificación, fundiéndose casi con la figura del administrador. Estaría encargado de asegurar el cumplimiento de ciertos requisitos de adecuación en las modificaciones propuestas por los usuarios, así como del necesario asesoramiento durante el proceso, en una especie de project management extendido y diversificado. Los documentos generados serían liberados bajo una licencia que permitiese trazabilidad, tipo Creative Commons, conservando la autoría los profesionales y usuarios implicados, pero siendo libre su uso y modificación por parte de terceros. El recurso económico del profesional, su fuente de ingresos como precursor/gestor de una obra, sería el tiempo de trabajo (diseño y rediseño, comprobación, certificación, selección, adaptación a normativa, etc.), y no la venta de productos (proyectos) acabados. El arquitecto 2.0 piensa: “Yo libero mis soluciones, pero puedo aprovechar libremente las de otros, así que no tiene sentido cobrar por ellas y en el fondo todos salimos ganando por el conocimiento acumulado”. La liberación de los documentos y las soluciones permitiría optimizar los procesos de diseño, pero el conocimiento profesional seguiría siendo necesario para su selección y su aplicación/ejecución bajo circunstancias locales.

e. Construcción global, crowdsourcing

… las soluciones constructivas y los diseños pasarían a formar parte de una enorme base de recursos, datos, ideas y problemas, constituyendo un think tank de escala progresiva, de local a planetaria, y permitiendo por ejemplo usar técnicas de crowdsourcing e inteligencia colectiva para resolver detalles concretos. Lo glocal como recurso y objetivo.

f. Gestión vs. dirección

… se hablaría más de gestión o incluso administración que de dirección de obra. Dirección implica llevar la obra por un cauce planeado y prefijado. Las obras de wikiarquitectura serían, por su propio carácter, impredecibles, sus objetivos y su carácter irían variando según los deseos y necesidades de los usuarios.

g. Meritocracia

… la calidad de las soluciones (re)generadas, definida por la valoración conjunta de técnicos y usuarios, sería un indicador más a la hora de valorar el trabajo de cada equipo profesional, y por tanto su reputación y sus honorarios. Otros indicadores podrían ser: el buen hacer en la gestión del conocimiento, de la participación y de los recursos humanos; la agilidad de respuesta; las consideraciones éticas, etc. Lógicamente habría que implementar sistemas de valoración o evaluación eficaces además de abiertos, transparentes y equitativos. Los nuevos procesos de selección y contratación, heredando esas características, disminuirían ciertos tipos de corrupción hoy día demasiado frecuentes.

h. Aprender haciendo

… diseño, construcción y uso no serían fases separadas, sino situaciones compatibilizables que se realimentarían mutuamente, acelerando, optimizando y potenciando el desarrollo de la arquitectura 2.0. El edificio sería una obra continua, en permanente modificación. Diseñar construyendo. Construir habitando. Habitar diseñando.

i. Acumulación de conocimiento, ensayo-error y prototipado

… en lugar de elaborar un proyecto que intentase acertar a la primera, el resultado se alcanzaría por ensayo y error, por depuración de múltiples versiones, por acumulación de conocimiento compartido como sucede en la arquitectura tradicional, hecha sin arquitectos. El uso inteligente de maquinaria y recursos actuales, combinado con técnicas tradicionales y amateurs (como el bricolage), permitiría acelerar este proceso, abordando el ensayo de elementos complejos a través de prototipos habitados.Desaparecería el concepto de “resultado final”, dando paso a uno más circunstancial, un paso intermedio en una evolución continua, un “punto aceptable de parada”. Probablemente, como ha venido sucediendo hasta ahora, las curvas de evolución llegarían a estabilizarse en determinadas soluciones básicas y sobradamente probadas que cambiarían muy poco a lo largo del tiempo (p. ej. la estructura adintelada), pero ese punto no estaría fijado de antemano.

j. Intervención del usuario, pro-am y redes de profesionales autónomos

… con la creciente participación del usuario, del profesional-amateur, las propias empresas constructoras pasarían a ser gestoras de recursos humanos en red, capaces de proveer a la obra con trabajadores cualificados bajo demanda, complementando (no sustituyendo ni subestimando) a la autoconstrucción, el bricolage, el “hágalo usted mismo”. Los estudios profesionales encargados de gestionar (recordemos: ya no dirigir) las obras serían uniones circunstanciales de autónomos, cooperativas o rupos profesionales abiertos, conectados en redes virtuales y/o localizadas.

k. Ciclo abierto, perfectibilidad y realimentación

… el proceso de diseño de una obra o parte de ella sería un constante ciclo de propuesta, feedback y supervisión entre usuarios y técnicos, o entre los usuarios mismos, con entradas y salidas desde y hacia otros ciclos similares. Sistemas constructivos exportables, importación de materiales procedentes de obras en desmontaje, conocimiento local difundido globalmente, elementos perfectibles o modificables por intervención del usuario, etc.

l. Disolución de límites

… los límites de un proyecto no estarían estrictamente defindos por la construcción de un único objeto compuesto (edificio) en una unidad urbanística geométrico-legal (parcela), sino que se entenderían como una suma de actuaciones en un entorno físico, social, cultural, político o económico determinado de forma más rica y compleja.

m. Ciclo de vida continuo

… el acceso a los materiales se haría de forma reversible, pudiendo adquirir un material concreto, usarlo, y luego redistribuirlo (devolverlo, revenderlo, reconvertirlo…), favoreciendo así el decrecimiento además del crecimiento. Cada usuario sería responsable de la construcción, el mantenimiento y la deconstrucción de su entorno. Obsérvese que con el tiempo se hablaría más de deconstrucción/desmontaje y menos de demolición.

n. Uso > propiedad

… se favorecería el valor de uso sobre el valor de propiedad o el de mercado. Esto sería también aplicable a los terrenos, que quedarían sin valor de mercado y serían de propiedad pública/comunitaria, utilizables bajo contratos de mutuo beneficio entre lo privado y lo público. Una posible consecuencia de hacer depender el precio únicamente del valor de uso sería evitar una especulación abstracta por leyes ajenas a la arquitectura: si una vivienda aumentase de precio, sería porque su valor real, de uso (calidad, prestaciones, interés del entorno…), habría aumentado.

o. Legalidad basada en prestaciones, no en soluciones

… se definiría un marco legal genérico y otro específico de cada propuesta, que permitiese controlar la evolución de la construcción dentro de unos límites de salubridad, habitabilidad, accesibilidad, etc. Dicha regulación estaría basada en prestaciones exigibles y no en soluciones concretas. El actual Código Técnico de la Edificación podría considerarse un intento en esa dirección, si bien aún con una eficacia muy limitada. Sin embargo, toda la normativa perdería importancia en la medida en que cualquier construcción estaría siempre directamente encaminada a satisfacer el confort y los deseos de los usuarios, lo cual es casi siempre un grado más de calidad que el del mero cumplimiento legal. El punto más delicado e importante pasaría a ser la construcción progresiva de una ética profesional y social, alrededor de la arquitectura, cimentada en la cultura de la sostenibilidad y el respeto a la diversidad, e implementada de forma circunstancial y flexible.

p. Producción bajo demanda, autopromoción

… la producción arquitectónica estaría supeditada a la demanda real, sin intermediarios. Desaparecería el promotor como agente encargado de transformar un bien de necesidad en uno de consumo. Cada promoción o emprendimiento arquitectónico sería fruto del interés de agentes particulares, asociaciones o redes de diversos tipos, adecuadamente conectados para constituir rápidamente uniones operativas. Las técnicas de construcción, cada vez más rápidas, y la enorme capacidad de respuesta de un sistema profesional abierto y flexible, en red, permitirían responder a la demanda en un tiempo similar a (o poco mayor de) lo que tarda en la actualidad una familia en encontrar y adaptar una casa (ya construida) a su medida, y mucho menor de lo que tarda en promoverla desde cero.La deseabilidad se convertiría no en un mero atributo de mercado, sino en característica intrínseca a cualquier emprendimiento arquitectónico. No arrancarían proyectos que no prometiesen una repercusión social positiva y una calidad suficiente.El modelo económico se construiría sobre una actitud for profit / for good, donde el interés social fuese el objetivo y el interés económico, el medio o soporte… y no al revés.

q. Omnipresencia y transparencia

… la gestación y el desarrollo de los proyectos arquitectónicos se realizarían ante la vista de todos, en un caldo de cultivo abierto de modo que, viendo qué iniciativas están en marcha, cualquiera pudiera elegir u optar a participar en ellas. La existencia física de la arquitectura y su presencia en el mundo de la información irían de la mano, de modo que el número de canales de contacto y de conocimiento se maximizase. Una persona viviendo en Cádiz podría enterarse y participar, aun en la distancia, de una promoción en Vigo (o en… París, Texas) que pudiera interesarle.

… y aquí lo dejamos de momento. Os invito, a los que hayáis llegado hasta aquí, a seguir buscando frentes de redefinición “a lo 2.0”, y a que penséis qué nombre le pondríais a esta arquitectura emergente. Una buena forma de hacerlo sería aplicando sistemáticamente los 6 atributos y los 18 principios de lo 2.0, comentados más arriba. De cualquier manera, espero que esto se convierta de monólogo en conversación, especialmente por parte de aquellos que sé que andan también tras lo mismo. ¡La pelota está en vuestro tejado!

33 comentarios

JT 15 julio 2009 Contestar

Os tengo que pedir a mis lectores habituales, especialmente a los no-arquitectos, que disculpéis el salto en densidad de contenidos/reflexiones que esta entrada supone para este blog. Aquí puede parecer fuera de contexto, pero espero que los enlaces que se incluyen puedan situar el artículo donde correspondería ;)

nihillo 16 julio 2009 Contestar

uff cuánta carga de contenidos. me lo tengo que pensar un rato y leerlo unas cuantas veces más antes de poder decir algo decente…

pero sí se me vienen a la mente unas cuantas cosas tangenciales, que aún no entran en el meollo:

en mi línea pesimista (por llamarlo de alguna manera) habitual, y partiendo de la base de que vivimos en una sociedad que lleva varios siglos gestándose, en la que unos pocos deciden el destino de la humanidad con sólo mover un dedo, y que cada vez que se le presenta una adversidad se hace más fuerte (como si de un terrible virus se tratara) ¿crees que sería posible lo que cuentas? o afinando más, ¿crees que sería posible llevar a cabo tan sólo uno de los apartados que planteas?

yo creo (aún a riesgo de parecer desfasado) que lo 2.0 sólo tiene cabida en porciones pequeñas de la sociedad que no comprometan a la estructura, al sistema en sí mismo. porciones como pueden ser la informática y la red, en donde ha nacido probablemente como una cultura alternativa (bien por nosotros!), o probablemente como un señuelo más del sistema para seguir expandiendo mercados (bien por ellos). o probablemente ni una cosa ni la otra, y luego cada cual lo ha utilizado en función de sus intereses…

puede tener cabida, y de hecho ya vemos que la tiene, ahí, y podría tenerla en otros ámbitos (artes en general, movimientos ciudadanos, y alguna que otra disciplina más). siempre cosas que no comprometen al sistema y a las que éste, simplemente, se sacude del hombro como el que espanta a una mosca cojonera.

pero todo aquello que pueda servir al sistema como elemento de control, o que simplemente produzca beneficios, es un hueso muy suculento como para soltarlo y regalárselo sin más a unos cuantos progres (utilizado de forma despectiva como tan bien saben hacerlo las clases dirigentes).

y la arquitectura es uno de esos suculentos huesos. no hay más que echar un vistazo a los últimos 8 o 10 años.

la arquitectura está institucionalizada. es un vertical. y para que una evolución hacia lo 2.0 fuera posible, tendría que ser horizontal. habría que horizontalizarla previamente y no esperar que esa evolución la horizontalizara. y eso no es tan fácil, porque las estructuras verticales no suelen apoyar en la base, sino que suelen estar (muy firmemente) colgadas desde arriba.

(espero no estar siendo demasiado metafórico, ni demasiado pesimista…)

en fin, que, dando por hecho que ya habías tenido en cuenta esas consideraciones, y que sólo pretendías dar unas cuantas ideas para dar pie a un debate, te comento otra cuestión.

en algunos pasajes de tu exposición he tenido, a modo de flash, la impresión de estar leyendo una disertación sobre la arquitectura vernácula, o mejor dicho, sobre una reinvención de ésta. en cuanto a esto, dos consideraciones.

la primera y volviendo a la línea anterior, ¿hemos tenido que llegar al precipicio para darnos cuenta de que íbamos por el camino equiocado, que el camino bueno era el que abandonamos hace ya mucho tiempo?

y la segunda y más importante, ¿qué podemos aprender de esta arquitectura (la vernácula), y de todo aquello que no arranque desde arriba, de todo lo que sea horizontal, asambleario, popular?

nihillo 16 julio 2009 Contestar

por cierto, como tú bien has dicho, la pelota ahora está en mi tejado (y en el de todos los que lean esto y que les interese, claro, jeje). así que acepto el reto: pronto aparecerá una réplica en nihil obstat. pero mientras digiero el banquete, pongo un trackback.

JT 16 julio 2009 Contestar

Nihillo: Totalmente de acuerdo con tus dos últimas consideraciones. La «actualización» de la arquitectura vernácula y espontánea es uno de los caminos de trabajo más prometedores que veo. Tengo un amigo que está haciendo de ello su PFC, a ver con qué nos sale…

En cuanto a tu pesimismo elsistemaesinvenciblista, prefiero contestarte en otro momento por no irnos ahora del tema, pero te digo que así a bote pronto podría citarte ejemplos de que al menos 4-5 puntos de los que menciono YA se han llevado a la práctica con resultados reveladoramente positivos. Ya te contaré mi teoría de la «burbuja en el sistema».

Me gusta tu gran predisposición al debate, espero tu reflexión sobre la arquitectura 2.0. Y conste que no me olvido de que te debo un mail ;)

nihillo 16 julio 2009 Contestar

para servir ;)

un artículo de usman haque sobre «arquitectura de código abierto» que leí hace tiempo. me he acordado de él esta mañana.

http://www.archfarm.org/fasciculos/Archfarm-07-pantalla.pdf

y en cuanto a lo del mail no te preocupes, al fin y al cabo en todo lo que te comenté ha habido cambios muy sustanciales. pero bueno, de eso ya hablaremos por otras vías.

ContradictioN 17 julio 2009 Contestar

uff… son muchas cosas y ahora tengo poco tiempo… pero prometo reflexionar y contestar… ;)

Alba 18 julio 2009 Contestar

Enhorabuena por el artículo, muy interesante incluso para «ajenos» a este mundo de la arquitectura. Se nota que hay mucha reflexión detrás (y que es solo el principio….)

Lo cierto es que leyendo te das cuenta de que estos principios forman parte de un modelo de trabajo que poco a poco todos estamos integrando y aplicando luego en nuestros campos específicos. Rutinas flexibles que buscan desde el principio la participación y colaboración de aquellos a los que están dirigidas, y que parten del intercambio de ideas entre gentes de diferentes disciplinas e inquietudes.

Lo que salga de esto y hasta que punto seamos capaces de aplicarlo a experiencias concretas dependerá de las personas que estén detrás. Las nuevas tecnologías ayudan, pero como todo, es como siempre ha sido y será cuestión de actitud y motivación de sus promotores.

A seguir pensando… ;)

JT 18 julio 2009 Contestar

Tal cual lo has dicho, Alba ;)
Gracias por la visita, a ver si nos vemos pronto.

Amalio A. Rey 23 julio 2009 Contestar

Hola, Jorge!!!
Perdona que no haya comentado antes tu articulo. Lo tenia como prioridad en mi agenda porque me intereso mucho desde el primer momento que me anunciaste que lo publicarías. Lo lei, pero no pude comentarlo en ese momento.
Quiero agradecerte las alusiones a mi trabajo. Tambien decirte que el «modelo de Amalio» es el «modelo de eMOTools», porque es el resultado de un trabajo de equipo. Ese «sol» que has dibujado inspirado en nuestra «estrella» es visualmente atractivo, y da mucho juego para reconceptualizar la Arquitectura, como lo has hecho tu brillantemente en este post.
Es solo el comienzo, amigo Jorge. Estaría bien crear algun grupo de gente para seguir discutiendo. Me encanta «trasladar» modelos de un ámbito a otro. La inspiración fluye de maravilla cuando eso se hace. Tienes que intentar movilizar a arquitectos para discutir sobre esto, para invitarlos a que imaginen como innovar la arquitectura en clave 2.0.
Hoy hemos visto tu articulo en SOITU, y nos ha alegrado muchísimo. Espero que sigas avanzando en esta reflexión, que es interesantisima y cuenta conmigo para esto, que mola..

JT 24 julio 2009 Contestar

¡Hola, Amalio!
Gracias por tu comentario, y por leer el artículo, que me temo que no es ni breve ni ligero. Me alegro de que te haya gustado. Las alusiones a tu trabajo eran inevitables dado que todo esto se basa en gran medida en él. Leer vuestros artículos me ha servido de inmersión en el tema y sobre todo para partir con los conceptos mucho más claros. Ahora me siento más capaz de seguir con el desarrollo de esto de forma algo más sistemática.

De momento estoy simplemente esperando reacciones al artículo y viendo hasta dónde llegan, pero sí que me gustaría que más arquitectos se animaran a reflexionar y sobre todo a proponer en esta línea. Todo se andará, esto es una tendencia en auge…

nihillo 26 julio 2009 Contestar

bueno, pues lo prometido era deuda. ya está publicada mi aportación al asunto en http://nihillo.blogspot.com. es más breve, menos concreta, más ideológica y menos pragmática. espero vuestras respuestas.

stepienybarno 2 septiembre 2009 Contestar

Aunque descubrimos el blog y el artículo con bastante retraso, queríamos felicitarte porque el texto está genial.
Se ve que tienes el tema muy integrado y casi te sale sólo.
Evidentemente no estamos de acuerdo en todo lo que cuentas y nos da pena haber llegado tarde al debate, pero desde luego que es uno de los textos mas completos y claros que jamás hemos leído sobre cómo la arquitectura pudiera ir evolucionando.
Gracias por el regalo!
Saludos de Agnieszka y Lorenzo

JT 2 septiembre 2009

Estimados Agnieszka y Lorenzo: Bienvenidos al blog y muchas gracias por vuestro comentario.

Por lo que a mí respecta, el debate sigue completamente abierto así que no llegáis tarde, ni mucho menos. De hecho me encantaría conocer vuestra opinión al respecto, ya sea aquí mismo o en forma de otro artículo por vuestra parte.

Este artículo sólo pretendía «explotar» posibilidades en una especie de «brainstorm». Ahora viene el trabajo lento de reflexión y puesta a prueba (en la teoría y en la práctica) para ver las posibilidades reales de todo esto, y para ello, cuantas más opiniones, propuestas o ejemplos diferentes aparezcan, mejor.

¡Un saludo!

stepienybarno 2 septiembre 2009 Contestar

Hola Jorge.

La verdad es que volviendo a releer el artículo, son muchas las cosas que planteas, y además bien planteadas.
Como bien dices entre Bolonia, la crisis, la ley ómnibus, etc. esto no va a seguir como hasta ahora. El cambio depende en gran medida de todas estas historias incontrolables por el arquitecto de a pie (a las que habrá que ir adaptándose) y por otra la evolución de la propia profesión. Como bien dices el concepto 2.0 ha aparecido y parece que no se quedará con nosotros, así que analizar como puede afectar a la arquitectura nunca está de más.

Como bien dice nihillo, cualquier planteamiento de este tipo será bien complicado que entre de lleno en el sistema. A pesar de estar éste anquilosado y decrépito, no deja de ser una estructura vertical y piramidal, asentada en el tiempo, con demasiados intereses de quien tiene el poder que como en cualquier otro ámbito de la vida se agarrará a él como a un clavo ardiendo. Los planteamientos horizontales como el que se plantea en este artículo no dejan de ser utopías. Pero lo que tienen de irreales y en cierto modo ingenuas lo tienen de necesarias, pues sin ellas nada evoluciona, los sueños de hoy, deben ser las realidades del mañana.
¿Quién iba a imaginar la abolición de la esclavitud a principios del sigo XIX, después de cientos de años de práctica habitual, donde gente como Aristóteles en la antigua Grecia la consideraba necesaria?

En la actualidad se están planteando desde distintos colectivos un montón de acciones interesantes dentro de un marco de arquitectura social, que provocan la participación ciudadana, que dan voz al pueblo y alentan planteamientos flexibles. Todo ello hace nos hace salir de situaciones en cierto modo endogámicas, tanto en disciplinas como la arquitectura como en tantas otras como bien apunta Alba. Digamos que muchos de los puntos arquitectura 2.0 que se tratan son comunes a muchas áreas de conocimiento. D
e manera brillante Alejandro Aravena con su grupo Elemental plantean el tema de la verdadera participación ciudadana y con ello dan paso a una arquitectura con mayúsculas, donde el problema social pasa a ser el leit motiv del proyecto. Pero al lado de estas acciones contundentes, quizás haya también otras que parecen operaciones de maquillaje, y que en realidad no son más que excusas para no meternos a resolver otros asuntos urbanísticos donde nos jugamos el futuro de nuestras ciudades.

Por otro lado aparecen visiones multidisciplinares como la de Salvador Rueda, donde de repente un personaje ajeno a la profesión de arquitecto, habla con mucho más rigor y coherencia sobre urbanismo y ciudad que nosotros mismos, cuando se supone que somos los especialistas en el tema.
La consecuencia negativa de está nueva realidad es la tentación del arquitecto de aparecer como una especie de diosecillo especialista en muchos ámbitos ajenos a la arquitectura y que seguramente lo único que va a hacer es dejarnos en fuera de juego cuando haya que pasar de la teoría a la práctica.

Y vamos a parar, que nos hemos extendido en exceso, a pesar de no terminar de tocar muchísimos temas que mencionas en el artículo. Como bien comenta Amalio, el artículo bien pudiera generar foro de debate tanto físico (congreso) como en la propia red.

JT 3 septiembre 2009

Hola de nuevo
Desde luego, trasladar todos estos planteamientos a la realidad de golpe sí que es una utopía. Pero creo que por separado siguen siendo válidos como campos de mejora, y es ahí a donde se podría apuntar desde la profesión: tratando de encontrar ámbitos y posibilidades de aplicación, por parciales o específicos que sean. Para mí sería la forma ideal de ir cambiando el modelo desde abajo.
Claro que como bien decís, hay que distinguir una aplicación parcial de estos principios, de una «operación de maquillaje» que sólo conseguiría desvirtuar todo esto como ya ha ocurrido con la manoseada sostenibilidad.
Lo que comentáis de «la tentación del arquitecto de aparecer como una especie de diosecillo especialista en muchos ámbitos ajenos a la arquitectura» es desgraciadamente cierto, aunque yo lo veo más como un peligro potencial, inherente a lo 2.0, que como una consecuencia negativa directa. Con el aumento de participación, es lógico que también surjan opiniones poco fundadas o profesionales con conocimientos demasiado parciales, que se meten en campos que no dominan bien. Pero hay que contar con ello, y si se trabaja en esta línea, habrá que hacerlo con el suficiente criterio como para discernir la calidad y profundidad del conocimiento de los participantes en cualquier trabajo o proceso. Lo 2.0 da «voz» a cualquiera, pero el «voto» se lo tiene que ganar uno a pulso, frente a los demás: habrá que ejercitar la capacidad crítica más que nunca, y también habrá que saber posicionarse, teniendo claro qué podemos ofrecer a un equipo multidisciplinar donde otros participantes ya sean expertos en sus respectivos campos. Si no, como decís, quedaremos fuera de juego.

Espero sinceramente que poco a poco se vaya generando más debate sobre todo esto. Ya que mencionáis lo del foro físico, a mí lo que realmente me apetecería hacer es algo como un taller donde no sólo se hicieran debates, sino también trabajos prácticos: aplicaciones, simulaciones, supuestos, búsqueda de ejemplos y antecedentes, etc. Creo que me lo dejaré anotado por algún rincón de la agenda…

Peter Hodgson 4 septiembre 2009 Contestar

Hola JT, Te trascribo por alusiones un intento de provocación que acabo de publicar en arquiclub (http://www.arquiclub.com).

Hay arquitectura
¿Puede haber música sin músicos? Salvo que tus gustos se aproximen a los de Napoleón Bonaparte, que tildaba la música de ruido poco molesto, me dirás que, por lo general, no. Desde luego no hay escrituras sin escribas. En cambio, hay arquitectura sin arquitectos. Parece inevitable al tratarse de algo íntimamente relacionado con una necesidad básica, el cobijo. De la misma forma hay vestimenta sin modistos, véase el sari hindú, y hay hasta medicina sin médicos. Alguno dirá que esto último es curanderismo pero ¿quién no prefiere tomarse una aspirina y meterse en la cama antes que acudir a un profesional?
Todo esto viene a cuento de que confundimos la profesión con su objeto. El empresario se confunde con la empresa y, desde luego, el arquitecto se confunde con la arquitectura. Siendo así, no es de extrañar encontrar artículos como el de J. Toledo titulado “Propuestas para una arquitectura 2.0”. El texto habla más de la profesión que de arquitectura. Bueno, para ser justo, el artículo citado habla de bastante más y bien merece ser leído. Sólo me rechina cuando los tópicos principales del mundo 2.0, centrado en servicios y productos inmateriales, chocan con la materialidad del hecho arquitectónico. Dicotomías como servicios de gestión vs. producto acabado, me asustan. Si los profesionales no producen un proyecto (producto acabado), ¿se construirá un edificio, él que necesito para satisfacer mis necesidades de cobijo?
Hay arquitectura pero la profesión extrañamente parece necesitar mayores justificaciones. Aunque los profesionales definen totalmente nuestro hábitat, con frecuencia se acogen a visiones sociales para dar soporte a su labor. El número de la revista Lars dedicado a Higienismo y Arquitectura cita un escrito de 1923: “Dejad al arquitecto ser el médico de la casa, como el médico lo es del que la habita…” En la actualidad el ACE, consejo europeo de arquitectos, da seminarios sobre Sostenibilidad y Arquitectura. La visión social de lo sostenible y lo verde está al orden del día. (Viendo algunos edificios me conformaría con que fuesen mantenibles.) No digo que el hábitat no deba ser salubre, sostenible y muchas cosas más. Lo que me da miedo es que se pierda de vista el mayor valor añadido que puede aportar un profesional con su labor. Esto es, a mi parecer, producir un entorno bello que satisfaga las necesidades de los usuarios y les suponga una experiencia satisfactoria e inspiradora.
¡Vaya! Parece que me he olvidado de realidades importantes como promotores, políticos, … Desde luego hay cuestiones complejas y, en momentos de crisis económica, es la profesión en sí lo que más atención acapara. Hay que buscar mejoras de productividad y de calidad respondiendo a nuevas exigencias sociales y normativas. Corre mucha tinta (o en todo caso bits) sobre la profesión de arquitecto. Me parece bien. Sólo pido que no se olvide que hay arquitectura.

stepienybarno 4 septiembre 2009 Contestar

De todas formas aunque nosotros veamos muchos de estos planteamientos como utopía, tienes razón que por separado, cosas se van haciendo.
Lo importante es que esta utopía algún día tenga visos de realidad, por lo menos parte de ella!

Hablas de cambiar el modelo y hacerlo desde abajo. Y parece que es la que nos queda, pero parece mentira que no haya ni un resquicio de entrar al meollo desde la cúspide a la vez que desde la base. Desde luego a los que estamos empezando nos resulta del todo imposible. Asi que habrá que ir poco a poco y sabiendo que la unión hace la fuerza.

Seguro que pronto los congresos de arquitectura darán un vuelco e iremos viendo cada vez cosas mas “alternativas” en ellos. En el congreso de valencia de lo mas interesante que se decía, era en la mesa de Cirugeda y compañía. Y oyendo a las vacas sagradas, se oían en igual medida cosas interesantes a la par de más de una burrada.

Supongo que conoces este congreso, pero por si acaso te dejamos el enlace seguro que una comunicaron en esta línea que has expresado en el artículo será excelentemente acogida:

http://www.congresoarquitecturasostenible.es/comunicaciones.php

JT 5 septiembre 2009 Contestar

Bienvenido, Peter

Buena aportación al debate, la más crítica hasta el momento y por ello con un punto especial de interés. Por mi parte, voy a intentar matizar algunas cosas y abundar en otras.

Hasta donde yo sé, hay al menos dos cosas que responden a la definición de arquitectura: el conjunto de objetos/entornos construidos en sí y la disciplina profesional.

Cuando hice el ejercicio mental de trasladar lo 2.0 a la arquitectura, lo hice sin demasiada estructura lógica (para que fuera un auténtico «brainstorm») y por tanto sin distinción entre ambas definiciones; quizás por eso se encuentran mezcladas y pudiera parecer que confundidas. Seguramente la separación de ambas sería un punto a atender si se quiere seguir trabajando en esta línea, y en ese sentido tu comentario es una muy buena aportación que me anoto al margen.

En mi caso, la explicación para haberme centrado en la profesión es sencilla: lo 2.0 afecta básicamente a la forma en que se hacen las cosas, no tanto a su resultado final o a su contenido. Y eso, al trasladarlo a nuestro ámbito, justifica que acabe hablando más de la arquitectura como profesión. Y eso me lleva a lo siguiente:

Dices que te «rechina cuando los tópicos principales del mundo 2.0, centrado en servicios y productos inmateriales, chocan con la materialidad del hecho arquitectónico».  Me parece también un muy buen argumento. ¿Puede lo 2.0 ser un concepto aplicable al objeto edificado en sí? De hecho esos son los puntos más difíciles de imaginar o llevar a cabo de los que desordenadamente fui enumerando. Quizás sea un error por mi parte imaginar que lo 2.0 llegaría al producto en sí:  el antecedente más obvio, la propia web 2.0 no hace referencia tan directa al contenido. Pero quizás sí haya consecuencias indirectas en los propios edificios. Eso está por ver, yo sólo hago conjeturas. Creo que no se trata aquí de «dospuntocerizar» la arquitectura a saco y porque sí, sino de aplicar teóricamente esos conceptos importados para ver si podemos sacar algo interesante…. o no.

Me gustaría seguir con este comentario en el foro que enlazas, a ver si logro registrarme…

JT 5 septiembre 2009 Contestar

@ Agnieszka y Lorenzo:  Gracias por el enlace al congreso, si me hubiera pillado con más tiempo y disponibilidad, quién sabe ;)

A mí que este cambio se haga «bottom-up», desde abajo,  me parece maravilloso. Toda una lección de política, la muestra de que una sociedad tiene capacidad de autoorganizarse y mejorar espontáneamente, incluso aunque desde «arriba» se la esté machacando con intereses dudosos. Creo que los cambios que vendrán no van a ser una guerra o una revolución, sino una conquista gradual, optimista y el resultado de la suma de individuos convencidos y bien organizados.

nihillo 6 septiembre 2009 Contestar

yo creo que sí, que de lo que realmente estamos hablando, o mejor dicho, de lo que realmente podemos estar seguros que estamos hablando, es de la profesión de la arquitectura y no de la arquitectura en sí misma. porque creo que la arquitectura en sí misma no admite etiquetas de ningún tipo, es «arquitectura», simple y llanamente. el tema es «cómo se hace la arquitectura».
no perdamos de vista que de lo que hablamos es de un «cambio de actitud», y no de un «cambio de producto». luego ese cambio de actitud podrá ocurrir, o no, que produzca cambios en el producto. pero no es eso lo que se persigue. al menos yo no lo persigo.

JT 9 septiembre 2009 Contestar

¿Que la arquitectura no admite etiquetas? Pero hombre, si se ha pasado la historia admitiéndolas, mira: deconstructivista, helénica, racionalista, ecológica, gótica, kitsch, modernista, etc. Personalmente no me gusta etiquetar las cosas, y menos estilísticamente, pero es obvio que la arquitectura ha sido etiquetada de mil formas y seguirá siéndolo. Al fin y al cabo, estamos en la era del «tagging» ;)

En lo que sí estoy de acuerdo es en eso de que posiblemente lo «2.0» sea solamente aplicable a la arquitectura como profesión. De hecho odiaría que apareciese un «estilo 2.0».

Y eso que sigo pensando que hacer arquitectura «a lo 2.0» puede implicar algún cambio físico (constructivo, funcional, estético…) como consecuencia indirecta. El tema está en si ese cambio sería deliberado o inconsciente. Hasta ahí no he llegado.

nihillo 9 septiembre 2009 Contestar

touché con lo de la «era del tagging», ahí has estado agudo :). y touché a medias con lo de que la arquitectura siempre se ha etiquetado. pero a eso te responderé con una cita, también a medias (a medias porque me acuerdo de la frase pero no de quién la dijo): «el estilo es el refugio de los que no tienen personalidad propia». cada vez que alguien intenta definir un estilo lo hace pensando en que tiene la verdad absoluta y que será lo que reinará siempre por los siglos de los siglos. y precisamente es ahí donde fallan los estilos y por lo que acaban siendo cosas pasajeras.
pero precisamente por eso, creo que lo que aquí estamos debatiendo no se puede catalogar de estilo. porque no se pretende que sea un modelo a seguir, una moda, o un patrón de implantación. sino un (voy a acabar desgastando estas tres palabras, pero es que creo que son el centro de masas del discurso) cambio de actitud.

JT 9 septiembre 2009 Contestar

Me gusta la frase que citas, me la apunto para soltarla en el momento menos pensado ;)
Y sí, lo fundamental de todo esto es la «actitud 2.0», más incluso que (o de forma previa a) la «forma de hacer 2.0», y desde luego, lejos lejos lejos del «estilo 2.0» que como decía antes, preferiría no llegar a ver.
 

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