Domingo 20 de abril. Un día impresionante, salvaje, impredecible, brutal, maravilloso. Cometazo en la cabeza, cortesía de un kiter, y al final una hora de inexplicable viento de poniente, a solas con el mar, el viento y la turbulenta puesta de sol.
Gracias a Hannes por la foto.
4 comentarios
Hola!
Me da la impresión de que quieres que el tiempo corra más deprisa… :P
¿mayo? :P
Por cierto qué pasada Hannes, peazo página web!
:)
Ah, que aún estamos en abril… Es la psicosis de fin de curso/carrera :P
quiero-una-clase-de-wind. Mago!
eMe, por mí encantando. La clase teórica te la puedo dar hasta con tus cervezas de por medio. Para la práctica, lo suyo sería que hubiera mar cerca de donde se haga, a ser posible, justo debajo :P