Me voy, o vengo

Escribo esto en un piso lleno de cajas, con la vida a medio desmontar y con una furgoneta de alquiler a devolver en otra ciudad.

El momento de tomar la decisión y el de llevarla a cabo han estado tan próximos que apenas me ha dado tiempo a elegir cómo marchar. No puedo pensar en cierres o celebraciones, no me da tiempo a hablar con toda la gente que quisiera y, antes de empezar a no saber con claridad a quién se lo he contado y a quién no, lo dejo aquí por escrito y lo suelto al aire de las redes:

Sí, me voy de Madrid. No sé por cuánto tiempo. Quizá seis meses, quizá dos años. Teniendo en cuenta que vine a esta ciudad por tres meses y llevo aquí casi diez años sintiéndome como de paso, simplemente diré que por ahora me mudo a Alicante con mi compañera de aventuras, más como una nueva ida que como una vuelta. Y que la vida le ponga fecha a lo demás.

También dejo Ecosistema Urbano, la oportunidad que me trajo aquí sin saber ni a qué venía y luego me llevó a tantos lugares a donde no habría ido por mí mismo. Dejo una segunda familia, muchas experiencias, algunas frustraciones y un hábito, porque lo mejor y lo peor que podía decir de esa vida es que estaba cómodo en ella.

Ahora, un nuevo proyecto que me llama y una intuición que me anima me llevan hacia donde quiero y temo ir. Convierto en mi actividad principal lo que hasta ahora había sido un proyecto lateral, encajado en fines de semana y otros resquicios. Me acerco un poco más a la escala física de un edificio y su entorno, a la escala social de un grupo de personas consolidado y con una misión compartida, a la escala ambiental de un terreno fascinante al lado de un río maltratado y a la escala económica y política de un proyecto cooperativo de vivienda, agricultura y, esperamos, mucho más.

Vengo a seguir acompañando e impulsar con más fuerza ConVivencia, y me traigo, a manos llenas, mis inquietudes y experiencias para inventarme una profesión en torno a la participación y la facilitación, la cultura libre y la comunicación, el desarrollo de espacios públicos y comunitarios y la búsqueda de otras formas de hacer las cosas.

Y vuelvo al mar. Porque eso sí se siente como un reencuentro.

Escribo esto en un piso lleno de cajas, con la vida a medio montar y con el sonido de las olas retumbando a través de las ventanas.

3 comentarios

Carabiru 8 enero 2021 Contestar

❤️❤️❤️
Qué miedo, qué ganas, qué congoja, qué emoción, qué locura, qué aventura.

Jorge Toledo 8 enero 2021 Contestar

¡Empieza la parte más difícil y emocionante de nuestras vidas! 😘

Deja una respuesta