Estos días estoy dándole vueltas a algo que de momento, a falta de un nombre mejor, estoy llamando «terrenómetro».
Explicado de forma rápida, es una manera de visualizar las diferentes aspiraciones de una comunidad en torno a la búsqueda de terreno para un proyecto de vivienda colaborativa o cohousing, y de comparar esas aspiraciones con la realidad.
El terreno
La elección de un terreno es uno de los temas más determinantes para un proyecto de este tipo. La decisión de instalarse en uno u otro lugar puede afectar mucho a las posibilidades del proyecto, a su carácter o a la composición de su comunidad.
Por eso, y por ser generalmente el primer gran paso que se presenta en la biografía de una comunidad de convivencia, puede convertirse en uno de los principales momentos de crisis, un «momento de la verdad» como pocos.
La herramienta
Consiste en un gráfico radial o polar formado por varios ejes que representan cualidades del terreno buscadas por el grupo. Estos ejes pueden variar según el proyecto, y pueden combinar variables cuantitativas u objetivas (como la distancia en km) y cualitativas o subjetivas (como, en este caso el atractivo paisajístico o la posibilidad de compartir espacio con otras iniciativas).
Cada persona completa el gráfico individualmente y lo explica al grupo. ¿Por qué he puesto esto así? ¿Por qué es importante para mí? ¿Cuál es mi rango aceptable?
Luego se superponen los polígonos resultantes y se conversa sobre los resultados, buscando entender el posicionamiento como grupo, identificar posibles puntos de conflicto, flexibilizar límites o fijar valores irrenunciables. ¿Hasta dónde podemos ser flexibles a nivel individual y colectivo? ¿Qué es lo que vemos más (o menos) claro?
De este modo, el gráfico ayuda a visualizar el consenso y la divergencia, y permite establecer una conversación honesta y clara sobre las diferentes visiones que hay en torno al terreno ideal.
(Luego es la realidad económica, urbanística e inmobiliaria la que se impone con fuerza demoledora y decisiva, pero eso es otro tema.)
En el gráfico individual, la figura azul marca el rango de lo «idealmente aceptable» para una persona. La figura roja, las cualidades reales de un terreno concreto (o de los que se quieran comparar en un momento dado). Se ve claramente en qué aspectos no va a cumplir el terreno las expectativas de esa persona, y en cuáles sí.
Al superponer los gráficos de todo el grupo, el «terrenómetro» se hace más complejo, diluyendo la visión de cada persona y permitiendo ver afinidades y diferencias dentro de la comunidad. Aquí un ejemplo real, comentado:
No deja de ser un resumen gráfico, una forma de plasmar el debate en un formato más tangible que una conversación y más sintético que un texto.
Pero es precisamente en esas anotaciones donde se ve todo su potencial como herramienta de facilitación para el trabajo de una cooperativa de cohousing.
Actualmente el gráfico de arriba no pasa de ser un primer prototipo. A ver hasta dónde podemos mejorarlo y hasta dónde nos puede llevar.