Hace tiempo comentaba la paradoja de los renders y fotomontajes llenos de gente y las fotos completamente vacías. He aquí un ejemplo que evita, de una forma extremadamente sencilla y efectiva, caer en lo segundo:
El vídeo, a poco que os fijéis, resulta ser una sucesión de imágenes estáticas del edificio, pero con la gente dentro, moviéndose, interactuando. Une la elegancia de la fotografía con la vida del vídeo. Me gusta.
5 comentarios
:)
La verdad es que resulta muy interesante.
El vídeo es sencillo y novedoso, lo que a mi parecer le da mucho más valor.
La fotografía es muy buena. Hace unos meses estuve allí y la verdad es que el edificio para nada se veía tan bien…
me encanta, es precioso :). se me ocurre a botepronto que incluso, siguiendo la estética de la fotografía y de la música de fondo, podrían haber vestido de época a la gente. creo que habría suscitado sensaciones contradictorias que habrían resaltado aún más las cualidades del espacio arquitectónico. pero vaya, el video es genial, esto es un «se-me-ocurre», no una crítica.
por la tangente, me recuerda a un video que empecé a hacer hace poco tiempo y que por razones que no vienen al caso no pude terminar, que habría sido justo el «negativo» de éste: una animación de render con movimiento de cámara, un flytrough, con la gente congelada. si alguna vez reciclo la idea ya colgaré por ahí el resultado.
Nihillo, yo he pensado lo mismo sobre lo de moverse por el espacio e inmovilizar la acción. De hecho he pensado en seguida en Carousel, un corto que me dejó alucinando.
Sin embargo una de las cosas que más acertadas me han parecido de este vídeo es precisamente que devuelve a cada cosa sus atributos reales: la inmovilidad perfecta al edificio, la movilidad a las personas.
qué bueno carousel!!
sobre lo que dices de can framis, estoy totalmente de acuerdo. pero creo que una cosa no tiene por qué contradecir a la otra: una pone en valor el espacio por reafirmación de sus atributos, y la otra por contradicción.