Cómo el diseño está cambiando Linux

El sistema operativo Linux (GNU/Linux para los puristas), siempre ha sido diverso como ningún otro. Cuando hablamos de Windows y Mac OS hablamos de una sola interfaz, que cambia entre versiones y que puede ser modificada con aplicaciones de terceros, pero que normalmente es idéntica en todos los sistemas. Cuando hablamos de Linux, en cambio, hay tantas variaciones que podríamos pensar que estamos ante sistemas operativos completamente diferentes.

Hasta hace unos pocos años lo habitual era encontrar en toda esa variedad una ligera sordidez en la interfaz, al menos en comparación con los sistemas operativos comerciales contemporáneos. Se trataba de software realizado por programadores y usado por personas de un perfil mayoritariamente técnico, para quienes lo importante era que cierta función existiera, sin importar tanto ni dónde, ni con qué aspecto ni con qué criterios de usabilidad lo hiciera. No se pensaba mucho en la experiencia de uso de un público amplio, y el concepto de «atractivo» estaba más orientado a «lo que puede hacer el sistema» que a «lo bonito/agradable/sencillo de usar que es el sistema».

Ahora bien, por su carácter libre Linux muta y se ramifica continuamente, en una u otra dirección, y siempre ha sido (o intentado ser) lo que sus usuarios-desarrolladores querían que fuera. De modo que era previsible que, con la entrada de más y más diseñadores durante los últimos años, haya comenzado a aparecer un renovado interés por el diseño de la interfaz gráfica. Algunos de estos diseñadores han acabado implicándose en el desarrollo, y han empezado a aparecer versiones diseñocétricas, que tratan de actualizar el aspecto del sistema o incluso exploran nuevos conceptos para la interfaz.

Para los que no conocéis Linux, decir que éste es modificable a muchos niveles. Uno de ellos es el de la interfaz, que viene definida por el entorno de escritorio o shell. Es esta «capa» del sistema la que se encarga de presentar al usuario las aplicaciones y comandos en formato visual, mediante una interfaz gráfica. Dos distribuciones de Linux pueden tener la misma base pero ser visual e interactivamente muy distintas, como sucede por ejemplo con Ubuntu y su derivada Kubuntu. De modo que si queremos comparar diferentes enfoques de diseño, es en los entornos de escritorio donde más se notan las diferencias.

He recopilado 4 de los nuevos entornos de escritorio que más me han llamado la atención durante 2015 por su énfasis en el diseño, y 3 más de los «clásicos» que también presentan cambios interesantes y merecen figurar aquí. Ya os adelanto que no voy a ser demasiado objetivo en la selección…

Pantheon

Pantheon es el entorno de escritorio de elementaryOS. Esta fue la primera distribución de Linux que me pareció realmente atractiva. Comenzó con un conjunto de iconos, luego como un tema para cambiar el aspecto de las ventanas, y luego desarrollaron su propio entorno de escritorio. Se nota que sus autores vienen de usar Mac OS, pero el diseño tiene una identidad propia que se extiende más allá del aspecto visual. La simplicidad de las aplicaciones, la fluidez de la interfaz, la consistencia con que se implementan ciertas decisiones de diseño… todo ello suma para formar una experiencia de usuario sencilla y ágil como pocas.

Como prueba del cuidado con el que se está desarrollando el diseño de Pantheon, elementaryOS tiene un conjunto de directrices de interfaz humana (en inglés HIG, human interface guidelines) muy bien documentado que explica al detalle los porqués y los cómos de cada decisión de diseño, y cómo ha de ser implementada en futuros desarrollos.

Budgie

Budgie Desktop es el entorno de escritorio de Solus, una distribución de Linux de creación tan reciente que de hecho todavía no ha sido publicada ninguna versión estable y utilizable por el público general, pero que ya tiene un buen montón de admiradores que siguen el desarrollo paso a paso. Una de sus particularidades es la presencia de una bandeja lateral que muestra las notificaciones y una serie de widgets para controlar diversas funciones del sistema.

Papyros

El entorno de escritorio de Papyros no es que esté influido por el Material Design de Google, es que directamente se propuso como objetivo seguir al pie de la letra sus preceptos. El MD seguramente pase como una moda más del diseño, pero su planteamiento y su nivel de definición son tan potentes que todavía estará un tiempo dando vueltas de un dispositivo a otro. Este es un ejemplo más de ello.

Como podéis ver en Google+, aunque el proyecto tiene muy pocas personas detrás, el desarrollo está muy activo y avanza muy rápidamente. A modo de ejemplo, en el siguiente vídeo podéis ver una captura reciente de Papyros Files, su gestor de archivos, funcionando sobre Papyros Shell y sobre Gnome Shell (donde queda un poco como pez fuera del agua):

A mí, que me encanta el nuevo diseño de las aplicaciones de Google, me suena más que tentador. ¿Tener una experiencia gráfica (y de uso) atractiva sobre mi sistema operativo favorito? Yes, please. ¿Tener en el móvil y en el portátil una interfaz consistente incluso usando sistemas operativos distintos? Shut up and take my money.

Deepin

Deepin Desktop Environment, como su nombre indica, es el entorno de escritorio de Linux Deepin, una distribución de origen chino. Por un lado es interesante porque comienza a romperse la occidentalidad imperante en los sistemas operativos, y también porque incorpora ideas interesantes de diseño (recuerda a Budgie por su panel lateral) y hasta sus propias aplicaciones.

Por otro lado, como comentaba al inicio, el cuidado por el diseño no sólo es cosa de nuevos proyectos: también los grandes entornos de escritorio de toda la vida se están poniendo las pilas:

Gnome

Gnome es uno de los dos entornos de escritorio más populares de Linux. Hace un par de años sus desarrolladores dieron un vuelco y crearon Gnome 3 o Gnome Shell, que cambió radicalmente el diseño general de la interfaz. Desde entonces vienen mostrando una preocupación creciente por conseguir un diseño cuidado, limpio, consistente y moderno, que incluye sus también potentes HIG. Podéis ver parte del movimiento en su comunidad de diseño en Google+. Personalmente llevo un tiempo usando Ubuntu Gnome (oootra variación de Ubuntu) y aunque tiene aspectos algo enrevesados, en general me parece realmente atractiva y cómoda de usar.

De Gnome se derivan otros proyectos de diseño como Atom DE, un entorno de escritorio que nació a partir de un set de iconos, como elementaryOS, y que iba camino de convertirse en otra distribución de Linux atractiva (OzonOS) pero parece que se quedó por el camino.

KDE

KDE es el otro entorno de escritorio más difundido en el mundo de Linux. Tanto, que Gnome vs KDE lleva años siendo el Barça-Madrid de los entornos de escritorio. Es conocido por la calidad de los programas que se desarollan en su entorno y por su enorme configurabilidad (está lleno de opciones, ajustes, widgets y extensiones por todos lados). Aunque nunca me ha gustado su aspecto ni su complejidad, llevo un tiempo probando una versión reciente y tengo que admitir que en los últimos tiempos también están haciendo un esfuerzo por mejorar su diseño y hacerlo más usable, algo que se hace visible en sus propias HIG con lemas como «simple por defecto, potente cuando hace falta».  Me parece que sigue estando más orientado a características/funciones que a diseño (no es tan design-driven como las anteriores), pero juzgad vosotros mismos si no ha mejorado desde KDE 3:

Para mí es una medida de la situación: si incluso el diseño de KDE me empieza a parecer aceptable, es que algo pasa con el diseño en Linux ;)

Unity

Este entorno aparece en el momento que Canonical, la empresa que desarrolla Ubuntu, se propuso como objetivo hacer un sistema operativo que sirviera tanto para móviles como para ordenadores. Más aún: que permitiera convertir el móvil en un ordenador con sólo conectarlo a una pantalla y un par de periféricos. Para ello dejaron de usar Gnome 2 y desarrollaron su propio entorno de escritorio, Unity. Para ver un móvil moviendo un sistema operativo de escritorio hace falta más que un screencast:

Además del obvio ejercicio de rediseño que implicó este cambio, han hecho un trabajo enorme de redefinición de la experiencia de usuario, revisando aspectos de usabilidad e interacción hasta llegar a soluciones únicas y (quizás por eso) bastante arriesgadas. Ubuntu está siendo muy disruptivo y tratando de jugar en la misma liga con Windows hacia la convergencia entre dispositivos, y eso se nota en Unity. Algunos le auguran un gran batacazo por intentar saltar demasiado alto, pero mientras tanto, está impulsando Linux desde el diseño como pocos.

De la imagen al diseño

Cuándo cada uno de estos proyectos se queda en diseño visual o simple «tuneo» gráfico, cuándo es auténtico diseño de interfaz de usuario (UI), y cuándo constituye además un verdadero esfuerzo por mejorar la experiencia de usuario (UX), es algo que se podría revisar caso a caso.

A modo de ejemplo, para que veáis la filosofía que tiene detrás elementaryOS y la importancia que dan sus creadores al diseño, os dejo un vídeo de Cassidy James, uno de los desarrolladores, hablando de UX (user experience o experiencia de usuario) y su importancia para el software libre. Su reivindicación constante de que design is not veneer muestra la profundidad con que abordan el diseño de elementaryOS, frente a otros supuestos «nuevos sistemas operativos» basados en Linux que apenas dan una capa de barniz (veneer) visual a una distribución existente.

De la copia a la exploración

Hace un tiempo reflexionaba Aitor Méndez sobre cómo grandes empresas como Apple, Google o Twitter sientan las bases del diseño gráfico que se aplica en la web, en los sistemas operativos y en el software en general. Linux no se libra de eso, desde luego. Ni de las modas ni de cualquier otra influencia cultural. Ha tenido sus momentos de innovación (que darían para otro post), pero en general, sobre todo en aspectos de diseño, se comporta más como una esponja, una copiadora irreverente que absorbe e incorpora las últimas tendencias de diseño, sin por ello dejar de lado los gustos más especialitos. Siempre ha habido copias lo más parecidas posible a OS X o a Windows, y muchos de los «nuevos» diseños acaban pareciéndose entre sí. Suele haber una mezcla de motivos para esto: por pura voluntad de copiar, porque el diseño de interfaces se mueve siempre en torno a unos patrones probados, o porque, como argumentaba Aitor, las grandes empresas tienen ventaja sobre las comunidades de software libre ya que pueden permitirse el talento y el tiempo necesarios para romper esos esquemas con éxito, crear productos de gran calidad y marcar tendencia.

Pero por otro lado Linux también presenta singularidades, interfaces irreconocibles, a veces inspiradas en el mundo de la ciencia ficción y los videojuegos, y a veces (véanse los gestores de ventanas en mosaico) realizadas desde el particular sentido práctico de los programadores. Y esa es la belleza de Linux: permite reproducir lo que nos gusta de otros sistemas (obviando el sistema de propiedad intelectual imperante, claro está), y además explorar libremente otros diseños, aspectos gráficos o formas de interactuar con un ordenador.

Por otro lado, si lo pensáis, es increíble que dos o tres personas (que es el equipo fijo que tienen varios de los proyectos mencionado arriba) puedan desarrollar a su gusto algo tan complejo como un sistema operativo. Algunos lo hacen cambiando sólo la capa más superficial, el aspecto de las ventanas, los iconos, etc. y a veces acaban haciendo un entorno de escritorio completo y su propio conjunto de aplicaciones, como hemos visto. Otros se adentran en las profundidades del software, hasta su propio núcleo, para adaptar el sistema a otros dispositivos, como han hecho los de Remix OS adaptando Android para su uso en ordenadores. Todo ello, hecho posible gracias al software libre.

Con todo, lo que venía a decir en este post es que una de las mejores cosas que le han pasado a Linux y al software libre en general en estos últimos años es que, haciendo uso del acceso al código y de las posibilidades de trabajo colaborativo, los diseñadores hayan comenzado a interesarse por él… y a tratar de adecuarlo a sus ideales de diseño.

Estad atentos, porque a lo largo de este 2016 vamos a ver algunas de las distribuciones de Linux mejor (o al menos más) diseñadas de la historia de este sistema operativo. Podrán alcanzar o no un nivel parecido al de Windows o Mac OS, y serán más o menos originales, pero por primera vez podremos ver a varios equipos de diseñadores y programadores (o diseñadores-programadores) poniéndole cariño al diseño, ese aspecto tan olvidado en el mundo del software libre. Y seguro que se sigue notando para bien.

Claro que también veremos unos cuantos intentos fallidos de reinventar la rueda y unas cuantas buenas intenciones empedrando el camino al infierno de la usabilidad, pero eso está incluido en la entrada. En cualquier caso, preparaos un ordenador secundario para ir probándolo todo: ¡En Linux está prohibido aburrirse!

7 comentarios

navarroblaya 19 enero 2016 Contestar

Ese salto en la forma de pensar se nota desde hace tiempo. Desde KDE4 que se preocupó de ofrecer temas para que las aplicaciones de otros entornos se mimetizaran como nativas hasta Gnome3, que par mi es el escritorio del futuro pese a sus pegas.

A nivel visual me encantó que en KDE5 se comenzase el proyecto Breeze para volver a repetir el concepto de diseño unificado en la interfaz. Por su parte Gnome… que carpetas mas feas, aunque es el escritorio del futuro. Y Elementary es una gozada para la vista. Me sorprende Budgie que no lo conocía pero tiene muy buena pinta.

Aunque no solo de cosas bonitas vive el hombre, también tienen que ser perfectamente funcionales. Aquí todos me convencen excepto Elementary y Unity. Ninguno de los dos tiene un sistema de notificaciones que te permita «almacenarlas» hasta el momento en el que les prestes atención. Por otro lado en Elementary nunca conseguí iniciar el menú con la tecla de Windows y eso para mí es un básico, ya que tengo interiorizado el proceso [tecla inicio -> fir -> intro] para abrir firefox por ejemplo.

Por otro lado si que hecho en falta un poco empuje en esa «convergencia» Táctil/Teclado que no termina de cuajar. En la Surface probé hace un año tanto KDE como Gnome y Unity y la verdad es que todos me decepcionaron. No están adaptados para utilizar con los dedos y es algo en lo que Windows 10 si que se consigue. Me siento cómodo tanto con el teclado como con las manos.

Resumiendo utilizo la interfaz de usuario solamente a un nivel muy básico. Lanzar aplicaciones y como explorador de archivos. Quiero una experiencia visualmente unificada y adaptada al medio en el que me encuentro.

P.D.- Que tochaco he puesto :P

Jorge 20 enero 2016 Contestar

Hola, Antonio. Sí, hace ya unos años que comenzó esa tendencia. Algunos empezaron centrándose en lo meramente visual, pero casi todos han llegado a plantearse seriamente temas de usabilidad y diseño de la experiencia de usuario… con mayor o menor fortuna.

Es curioso lo de la convergencia: cada uno se lo está planteando de una manera. Desde los que tienen claro que van a seguir siendo un sistema de escritorio y sólo de escritorio (ni táctil ni nada) hasta los que quieren serlo todo. En todos los casos es aún una cuestión a medio resolver, igual que el soporte para pantallas de alta resolución.

No he probado Windows 10 en pantalla táctil, sólo con teclado/ratón. ¿Qué crees que lo hace mejor que por ejemplo Gnome? A mí la experiencia me ha parecido bastante similar a éste.

Yo también soy fan de Super+teclear+intro, incluso para cambiar entre aplicaciones. Estoy probando KDE ahora y la falta de ese acceso directo me está matando.

Jorge 20 enero 2016 Contestar

Por cierto, en el post se me escapó comentar un detalle: Una muestra muy llamativa de cómo Apple se ha convertido en una referencia en cuanto a diseño hasta para los linuxeros es que en los vídeos de arriba el ordenador es claramente un mac… con el logo cambiado.

navarroblaya 20 enero 2016 Contestar

No me había fijado en los «macs» de los vídeos, curioso.

Primero mi experiencia es de hace algo más de un año y la cosa ha cambiado desde entonces, pero estas son mis impresiones.
En cuanto a lo táctil uno de los mayores problemas son los gestos.
-Gnome:
Las esquinas activas de gnome (más que esquinas laterales con la barra inferior de notificaciones, que por otro lado en las ultimas versiones ya no está) no funcionan con pantalla táctil arrastrando desde los laterales, lo que tienes que hacer es tocar con el dedo justo al extremo y es muy complicado.
-Unity:
Horrible, la interfaz de la barra de menús superior es demasiado pequeña, es difícil atinar al icono de notificación que quieres.
-KDE:
Lo malo de cada uno de los anteriores, aunque no probé esa versión táctil «plasma active». Quizás con ella la cosa mejore.

En general con teclado y ratón todo perfecto pero al cambiar al modo solo pantalla táctil se pierde facilidad de uso. Eso si en cuanto a teclados en pantalla totalmente satisfecho con Onboard que es perfectamente configurable tanto en aspecto como en funcionalidades. En mi opinión supera al teclado en pantalla de windows y eso que éste también es muy bueno.

Por otro lado en mi caso las 10 pulgadas a 1080 son complicadas de manejar sin ampliación. En windows la ampliación funciona de serie con la mayoría de aplicaciones. Con las que no funciona lo puedes forzar ejecutando la aplicación a menor resolución y escalando (esto se hace dando a un botón en las propiedades del acceso directo, sin lios de configuración). Se ve algo borroso pero es una solución. En los tres escritorios que he probado en linux la segunda opción de forzar ese escalado no está presente.

Pero bueno cada cosa para lo que es, en la Surface (que me hace de combo tableta/portatil) windows 10 y en el sobremesa, que es donde quiero rendimiento al 200%, Linux.

Jorge Toledo 20 enero 2016 Contestar

Yo le tenía echado el ojo a algo tipo Surface, con un dual-boot Android en modo tablet y Linux en modo desktop para conectar un ratón y el teclado. Sería ideal para mí que no paro de moverme de un lado a otro, pero no sé si es fácil instalar ambos SSOO.

Eso, al menos mientras Ubuntu Touch no empiece a ser usable en ambos escenarios y tenga apps interesantes adaptadas para móvil.

En Linux está todo como a punto de ser interesantísimo, pero de momento algunas cosas están en fase «quiero y no sé si voy a poder».

franlinux 11 marzo 2016 Contestar

Si bien se agradece el esfuerzo en el diseño de EOS, raro es que algunas de sus aplicaciones se ven en negro y otras en tonos más claro. Lo otro es que lo limitado de la cantidad de aplicaciones nativas cuando uno instala otra, por ejemplo, una suite ofimática, no queda como un sistema unificado. Yo llevo años esperando un sistema unificado en Linux; sigo manteniendo la esperanza y ocupo indistintamente KDE, GNOME y UNITY, esperando esa integración visual tan agradable como en OS X.

Muy buen artículo !

Jorge 16 marzo 2016 Contestar

Hola, Fran. Estoy de acuerdo. Esa es una de las incongruencias más importantes de estos nuevos entornos de escritorio. Cuando cambias algo más que el aspecto y empiezas a definir patrones de usabilidad y funcionalidad, las aplicaciones de otros encajan cada vez menos. Y tienes que esperar a que se desarrollen aplicaciones para tu DE. Lo cual, con cierto nivel de aplicaciones, no va a pasar nunca. No va a aparecer un «GIMP para elementary» ni a diez años vista.

En el caso de elementary, ni siquiera me creo que se pueda llegar a diseñar una aplicación medianamente compleja como GIMP con los criterios de diseño que ellos proponen. Por ejemplo, sin menús. Pero ellos están super convencidos…

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